3 tipos de alarma contra incendios que te ayudarán a dormir tranquilo

¿Sabías que en España se declara un incendio doméstico cada 3 minutos y que las tres cuartas partes de ellos se inicia en el interior de la vivienda? Estos datos, pertenecientes a la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA), revelan una dramática realidad: el fuego continúa siendo en pleno siglo XXI uno de los mayores ‘enemigos’ de la seguridad en hogares, oficinas y comercios.

En la actualidad, esta amenaza puede prevenirse con relativa facilidad. El mercado dispone de una extensa gama de alarmas para el hogar, a precios accesibles y con un abanico prestacional que satisfará las necesidades de empresas y particulares. Precisamente por su variedad, los consumidores pueden sentirse desconcertados a la hora de elegir producto. ¿Cuáles son, pues, los principales tipos de alarmas contra incendios y sus características diferenciales?

¡Alerta, fuego! Estos 3 tipos de detectores de incendio protegerán tu hogar

Detectores de humos

La presencia de partículas sólidas en suspensión en el ambiente —en una palabra, de humo— evidencia que un incendio ha comenzado a desarrollarse. No sorprende, por lo tanto, que los detectores de humo figuren entre las clases de alarmas contra incendios más demandadas.

De todas las existentes, las alarmas de humo iónicas gozan de mayor popularidad. Gracias a una serie de detectores sensibles a las partículas emitidas durante la combustión, este dispositivo puede reconocer la aparición del fuego en sus etapas tempranas. Su rapidez de detección garantiza una respuesta precoz a la amenaza de incendio, lo que facilita su control y extinción inmediatas.

Por otra parte, los detectores ópticos o fotoeléctricos identifican la presencia de monóxido de carbono en el ambiente con ayuda de un receptor fotosensible y un diodo emisor de luz (LED). Funcionan de manera dual (cuando se percibe una señal de humo, la dispersión de la luz permite al receptor confirmar focos de ignición en sus proximidades), lo que posibilita la pronta detección y aviso en caso de incendio. Sin lugar a dudas, una de las mejores alarmas contra incendios.

Como alternativa a los anteriores, los detectores de humo por aspiración basan su efectividad en un sistema capaz de reconocer la composición del monóxido de carbono, sin recurrir a sensores fotoeléctricos. Por lo general, disponen de una red de tuberías o similares que aspiran una pequeña cantidad del aire de diversas estancias, transportándola hasta el aparato central que analiza si cumple los parámetros normales.

Detectores de calor

Además del monóxido de carbono, el fuego evidencia su presencia con la emisión de calor extremo, fácilmente reconocible por ciertos detectores de incendios para casa. Concretamente, por los térmicos y los térmico-velocimétricos, diseñados específicamente para captar incrementos en la temperatura ambiental.

Como es lógico, este tipo de detectores de incendios no activa su señal acústica ante cualquier incremento en el medidor del termómetro. En líneas generales, confirma la irrupción del fuego cuando la temperatura ambiental excede los 50-60 grados centígrados durante un tiempo determinado, o cuando la temperatura general asciende a un ritmo acelerado en un periodo corto de tiempo. El comportamiento de este último correspondería a los citados detectores térmico-velocimétricos.

A diferencia de las anteriores, esta clase de alarma de incendios para casa plantea una desventaja severa: el fuego se detecta tardíamente, cuando la combustión está desarrollada y múltiples elementos (muebles, telas, etcétera) están siendo consumidos.

Detectores de llama

La Real Academia Española define las llamas como una «masa gaseosa en combustión, que se eleva de los cuerpos que arden y despide luz de vario color». Entre los tipos de sistemas contra incendios no podían faltar los detectores de llama, más conocidos como de infrarrojos o de ultravioleta. El funcionamiento de estos utiliza la radiación emitida por las llamas para confirmar que un incendio ha sido declarado.

Por lo general, los detectores de llamas se componen de dos elementos fundamentales: un emisor y un receptor, que reaccionan cuando ‘algo’ se interpone en el espacio entre ambos. Además, determinados diseños incorporan láseres para les otorgan una mayor precisión.

En síntesis, cualquiera de estos dispositivos contra incendios garantiza una detección eficaz del fuego en sus distintas etapas de desarrollo. Evidentemente, no existe una alarma infalible. En lugar de «poner todos los huevos en la misma cesta», se recomienda instalar diversos sistemas de detección de fuego, con idea no sólo de alertar del más mínimo conato de incendio, sino también de reaccionar a su avance. De este modo, además de proteger la propia vida, se salvaguardan los bienes materiales y sentimentales.

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