¿Sabías que las ventanas son el principal punto de fuga térmica en cualquier edificio? Para colmo de males, alrededor del 50% del parque residencial español es anterior a 1979, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes (ANDIMAT), lo que significa que posee unas cualidades aislantes insuficientes para cumplir con los actuales objetivos en materia de sostenibilidad y de ahorro energético.
Excelentes trucos para aislar ventanas son el empleo de burletes, el uso de doble y triple acristalamiento o de persianas y cortinas térmicas, entre otros recursos útiles para conservar la energía calórica y ahorrar en calefacción durante los meses de otoño e invierno.
Estos consejos para aislar ventanas del frío te ayudarán a combatir el otoño/invierno
Invertir en una doble o triple hoja
Una forma rápida y segura de elevar el aislamiento térmico en ventanas es reemplazar su acristalamiento, si es individual, por uno de doble o triple vidrio. Este sistema habilita una cámara sellada de aire que reduce el intercambio de calor y de frío del exterior al interior, neutralizando el efecto ‘muro frío’ y contribuyendo al confort térmico.
Decantarse por aperturas abatibles
Alternativamente puede optarse, además, por implementar una apertura abatible. Y es que el modo en que una ventana se abre y cierra repercute en su poder aislante. A diferencia de las ventanas de cierre corredero, las abatibles presenten una mayor hermetismo por la presión inversa ejercita por las junturas plásticas del marco sobre el perímetro de la ventana.
Confiar en los burletes
Los burletes para ventanas son un aliado inestimable del aislamiento térmico. Estas tiras de espuma, caucho o similar se incorporan al perímetro de la ventana para maximizar su estanqueidad tras el cierre. Siendo un producto tan económico como accesible, su mayor defecto —el desgaste causado por el tiempo y el uso— no logra opacar sus virtudes, pudiendo reemplazarse fácilmente. Por lo anterior, la instalación de burletes es otro de los trucos para aislar ventanas del frío.
Sacar partido a las persianas…
La privacidad y el decoro no son las únicas virtudes de las persianas. De estos accesorios depende también el correcto aislamiento acústico y térmico de la ventana y del interior del inmueble. Estos beneficios, al alcance de las persianas convencionales, se ven potenciados en aquellos modelos diseñados específicamente para aislar ventanas del frío. Así, las persianas fabricadas con aluminio y materiales de alta densidad agregarán un plus de hermetismo que los consumidores más ahorradores no despreciarán.
… sin olvidar las cortinas térmicas
El uso de cortinas térmicas tampoco debería faltar entre los consejos para aislar ventanas. Estos productos se elaboran en poliéster, microfibra y otros tejidos provistos de un núcleo denso que compone una barrera reflectante, capaz de proyectar el calor de la calefacción hacia el interior del edificio y disminuir su pérdida en un 25%. Idealmente la cortina térmica debe abarcar la totalidad del marco de la ventana y contar con un grosor notable.
Renovar el marco al completo
Más que un truco para aislar ventanas del frío, es una última solución cuando todo lo anterior fracasa. Los marcos de aluminio u otro material de alta conductividad contribuyen a las ‘goteras’ energéticas del edificio, y por ello su reemplazo por marcos de madera o PVC es una decisión acertada.
Esta solución permite implementar, de una vez, diversos cambios que potenciarían el aislamiento, como reemplazar los viejos junquillos del acristalamiento por sistemas ATR (Acristalamiento Térmico Reforzado) o instalar la rotura del puente térmico, un elemento aislante que disminuye la transferencia térmica del exterior al interior.
Aislar los elementos problemáticos
Reemplazar íntegramente el marco de la ventana puede ser una solución innecesaria si hemos localizado sus puntos de ‘fuga’ calorífica. El perímetro de la ventana y cualquier intersticio es susceptible de dar acceso a pequeñas corrientes de aire frío o un intercambio de calor/frío, que sólo puede ser compensado con un mayor uso de los sistemas de calefacción. La mejor solución consiste en sellar con espuma, caucho o similar las uniones entre las piezas de la ventana y el cerco inmediato a las jambas y el dintel.
Por otra parte, optimizar el cajón de la persiana es otra forma de aislar una ventana sin cambiarla. En los edificios y residencias antiguas, las persianas carecen por lo general de cajones de cierre hermético y están fabricados en materiales con una alta conductividad. Es beneficioso, por tanto, reemplazarlos por modelos dotados de aislamiento térmicos y acústico, dobles cámaras o estanqueidad al agua, entre otras características.
Así pues, no faltan alternativas a la renovación del marco y el cristal, una solución que sin embargo debe ser considerada, por ahorrar dinero, tiempo y esfuerzos en determinados casos.