En materia de decoración, restauración o construcción en el hogar, la madera es uno de los materiales predilectos por la sensación acogedora que nos trae a la vista, su increíble acabado y lo bien que combina con casi cualquier estilo. Ya sea en muebles o en pisos, suele ser una buena elección para todos los gustos, además de ser una de las mejores opciones para renovar el ambiente en una habitación y al mismo tiempo proteger la parte inferior de sus paredes con la ayuda de un friso de madera.
¿Qué es un friso de madera?
Los frisos se componen de una franja que va en paredes o muros, normalmente en la parte inferior. La altura del friso dependerá de los gustos de cada quien aunque los más populares tienen una altura aproximada desde los tres cuartos de pared a la mitad.
Los hay de diversos materiales, como azulejos, metal, mármol y madera. También suelen verse como recubrimiento de los techos en algunos espacios. El friso de madera por ejemplo, consiste en la instalación de tablas de madera que encajan perfectamente las unas con las otras (láminas machihembradas), ya sea de forma horizontal, diagonal o vertical.
¿Cómo instalar un friso de madera en casa?
Antes de comprar lo materiales necesarios para llevar a cabo la instalación, recordemos que debemos calcular con exactitud la superficie a recubrir con las tablillas de madera y la orientación que le queramos dar (vertical, horizontal o diagonal). Esto nos permitirá comprar suficientes listones y no quedarnos cortos con el material.
Las herramientas y materiales que utilizaremos en la instalación, son:
- Sierra de calar, manual o eléctrica o serrucho
- Grapadora con grapas (preferiblemente de 6 milímetros)
- Tornillos y atornillador eléctrico
- Taladro de pared
- Láminas o tablas de madera machihembradas
- Rastreles de sujeción (o perfiles)
- Zócalo de madera
- Barniz al agua
- Clavos
El tipo de madera queda a la elección de cada quien. Si por ejemplo elegimos pino, de pino deberán ser todos los materiales de madera.
Pasos a seguir en la instalación del friso de madera
Antes de empezar, debemos asegurarnos de que nuestra área de trabajo esté limpia y protegida.
Paso 1: con ayuda del lápiz, el metro y la escuadra, marcamos en la pared el área donde irá nuestro friso.
Paso 2: elegimos la orientación que utilizaremos y cortamos los listones y rastreles a la medida con ayuda de la sierra o serrucho.
Paso 3: taladramos los rastreles en los espacios en donde irán los tornillos.
Paso 4: colocamos al menos tres rastreles perpendiculares al friso teniendo cuidado de que queden suficientemente espaciados entre unos y otros y dejando una separación del suelo mayor a cinco centímetros. Atornillamos a la pared.
Paso 5: instalamos la primera lámina del friso. De haber elegido una orientación horizontal, se empezará por la parte inferior; de ser vertical, por alguno de los lados y en caso de ser diagonal, por alguna de las esquinas inferiores. Esta lámina deberá nivelarse, además de fijarse a la pared con clavos en los extremos. Advertencia: nunca empezar por el centro de la pared.
Paso 6: colocamos el friso machihembrando encajando cada lámina con la otra. Recordemos fijar las láminas a los rastreles con la grapadora.
Paso 7: instalaremos los zócalos de madera a los lados del friso con ayuda del adhesivo de montaje.
Paso 8: Dejamos secar el adhesivo, barnizamos al agua y ¡listo!
Para información o adquisición de los materiales y herramientas nombrados en este paso a paso, puedes visitarnos en www.modregohogar.com