Aunque la Rea Academia Española lo defina como un «electrodoméstico para hacer yogur», la yogurtera demuestra ser mucho más que eso. Cada vez son más los consumidores que toman la iniciativa de preparar su propio yogur casero, empleando ingredientes y saborizantes al gusto y obteniendo resultados que superan sus expectativas.
En respuesta a la cuestión de qué es una yogurtera, aclararemos que este pequeño electrodoméstico se compone de una base para calentar los botes o recipientes de cristal situados sobre ella y una tapadera o cúpula de plástico u otro material. La preparación de los yogures se prolonga durante unas 12 horas; pasado este lapso, deben ponerse a enfriar a temperatura ambiente, para posteriormente guardarlos en el frigorífico.
Pero, ¿cuánto consume una yogurtera? A diferencia de los exprimidores y cafeteras, que en muchos casos superan los 1.000 W, el electrodoméstico que nos ocupa limita su consumo a 15 ó 20 W, un gasto sensiblemente inferior que habla de manera favorable de su capacidad de ahorro energético.
Yogurtera, un electrodoméstico con múltiples ventajas
En primer lugar, comprar una yogurtera te permitirá elaborar yogures más saludables, libres de los conservantes, colorantes, estabilizantes y demás aditivos artificiales que son tan abundantes en los productos de supermercado. En relación con el azúcar y la sal, cada persona podrá agregar las cantidades que considere adecuadas, de acuerdo a su dieta o necesidades alimentarias.
Además, los yogures elaborados con este electrodoméstico son más económicos que los adquiridos en minoristas y supermercados. Lógicamente, su precio no podrá competir con los packs más económicos, pero su calidad estará próxima a los productos gourmets y, en comparación, su coste sí será menor. Salvando la molestia de adquirir la leche y los ingredientes necesarios por separado, hay que reconocerá que se obtendrá un ahorro significativo a medio-largo plazo.
Al contrario de la opinión popular, la usabilidad es la yogurtera está al alcance de todos. Desde luego, la primera ‘hornada’ de yogures será la más complicada, pero las restantes no presentarán la misma dificultad, por lo reiterativo del proceso de preparación. Justo es reconocer que grandes y pequeños podrán hacer uso de este electrodoméstico, siempre respetando las recomendaciones de uso establecidas por el fabricante.
Aunque pueda sorprender, otra de las ventajas de la yogurtera es su valor ecológico. Y no hablamos en términos de consumo energético, sino de aprovechamiento de recursos y de reducción del uso de plásticos. Con la compra de yogures comerciales, los usuarios asumen los desperdicios asociados a estos productos, como son los envases y las tapaderas. No hace falta decir que, a gran escala, estos desechos causan un impacto terrible en el medio ambiente. ¿Una solución accesible a todos los consumidores? Lo has adivinado: la elaboración de yogures en yogurteras, en las que se reemplazan los envases por recipientes de cristal que pueden reutilizarse indefinidamente.
Y si la variedad es la sal de la vida, las yogurteras son una apuesta segura para los chefs y ‘cocinillas’ más creativos. Mientras que la oferta de yogures comerciales está limitada a la monotonía de los sabores de fresa, vainilla, coco o chocolate, las posibilidades de este electrodoméstico son tan amplias como la imaginación de cada usuario.
Además de emplear la variedad lechera que cada cual prefiera (la leche de almendras, de soja, de coco, etcétera), los ingredientes y saborizantes posibles incluyen frutos secos como almendras, piñones o pasas; cereales integrales; galletas; canela; fragmentos de frutas como la frambuesa, el albaricoque o el plátano, y un largo etcétera de componentes a seleccionar al gusto.
Huelga decir que elaborar el propio yogur es gratificante y estimula la creatividad. Nada más sugestivo que seleccionar el tipo de leche y los ingredientes y saborizantes deseados, para ponerse manos a la obra y realizar no un yogur cualquiera, sino el propio yogur, con el sello propio e inimitable de los productos hechos en casa, con el mimo y el cuidado que ello conlleva.
Por último, la disponibilidad de una yogurtera en casa supone un incentivo para el consumo de este alimento milenario, en beneficio de la propia salud. Y es que la ingesta de yogures ayuda a fortalecer las defensas, regula la flora intestinal, estabiliza el pH del estómago, aporta probióticos, aminoácidos y nutrientes esenciales que previenen la aparición de bacterias perjudiciales y favorecen el desarrollo óseo.
En vista de lo anterior, sobran razones para adquirir una yogurtera y comenzar a disfrutar de sus ventajas. Modrego Hogar dispone de una selección de yogurteras a precios competitivos, de la mano de marcas punteras como Orbegozo y otros conocidos fabricantes. Los más reacios no tienen ya excusas para preparar sus propios yogures.