En el último lustro, la instalación de alarmas en hogares se ha incrementado un 35%, según un estudio elaborado por Roams. Con todo, sólo el 10% de los hogares dispone de alarma de seguridad. Esta realidad pone de manifiesto la general desinformación acerca de los distintos tipos de alarmas antirrobo, percibidos más como un gasto que como una inversión necesaria para el bienestar de la familia y la protección de bienes personales.
Las alarmas domésticas, obligado es recordarlo, agregan una capa adicional de seguridad a hogares y comercios, tradicionalmente basada en cerraduras en las puertas y rejillas en ventanas y balcones. Estos elementos no son suficientes para delincuentes expertos en bumping, ganzúa, impresioning, resbalón y otras técnicas de forzamiento.
Pero los ladrones ocasionales no son el peor enemigo de la seguridad doméstica. Las bandas especializadas en allanamientos permanecen al acecho y son difíciles de disuadir incluso con las mejores cerraduras de seguridad. Sólo las alarmas antirrobo pueden frenarles con una pronta detección de sus actividades y la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Las alarmas antirrobo también son el mejor aliado para combatir el fenómeno de los ‘okupación’. Las denuncias relacionadas han aumentado un 40,9% en los últimos cuatro años, según un informe de EpData. La legislación actual convierte el desalojo en una pesadilla para el propietario pasadas las primeras 48 horas. La presencia de sistemas de seguridad puede suponer un incalculable ahorro de dinero y molestias.
¿Cuáles son los principales tipos de alarmas antirrobo para el hogar?
Las clases de alarmas antirrobo se dividen en seis grupos, diferenciados en función de su tecnología (inalámbrica o cableada), su coste (pago único o por cuotas) y su área de aplicación (entornos doméstico o empresarial), principalmente.
Así, un primer tipo son las alarmas para negocios, desarrolladas específicamente para satisfacer las necesidades de seguridad en entornos comerciales. La variedad de diseños en este ámbito es más diversa que en el doméstico, al enfocarse a edificios de múltiples dimensiones y especificaciones. Por consiguiente, los dispositivos pensados para tiendas detallistas serán muy distintas de aquellos concebidos para industrias.
Las alarmas domésticas, por su parte, disponen de una mayor oferta de fabricantes disponibles, como sucede con la mayoría de productos B2C. La seguridad de estos dispositivos se concentra en los puntos vulnerables de la vivienda promedio, que son las puertas y ventanas exteriores. Debido a la presencia de menores y de mascotas, las falsas alarmas son un problema habitual que las marcas previenen adaptando los dispositivos para evitar estas alertas.
Otro aspecto diferencial en la clasificación de alarmas antirrobos es el coste. Los sistemas de seguridad libres de cuotas requieren una única inversión en el momento de adquirirla. Por lo general, su precio es más asequible, y son alarmas idóneas para fincas, casas de campo y otras propiedades alejadas de los núcleos urbanos.
Otro de los tipos de alarmas antirrobo más extendidas corresponde a las alarmas con cuotas. A grandes rasgos, el uso y disfrute de estos sistemas lleva aparejado el pago de mensualidades, modelo que negocio que a priori beneficia al cliente, al ahorrarle en muchos casos los gastos de instalación y de mantenimiento; sin embargo, la suma anual de las cuotas da como resultado un sistema más costoso que aquellos libres de cuota.
Por el contrario, las alarmas con cuotas aportan una serie de beneficios a considerar: la instalación a cargo de técnicos especializados, el mantenimiento periódico y en particular, la conexión directa con la central de la compañía de seguridad, responsable de avisar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en caso de emergencia.
Entre los dispositivos de alarmas antirrobo también encontramos una distinción de acuerdo a la tecnología empleada: inalámbrica o cableada. Las primeras se caracterizan por el uso de baterías internas y de señales WiFi o similares para comunicar la información de sensores y cámaras con la consola principal. Su instalación es sencilla, y goza de operatividad cuando la corriente eléctrica se interrumpe.
Las alarmas cableadas, por su parte, precisan una red de cables que conecten los sensores y detectores con la consola principal. Contra mayor sea la superficie, mayor deberá ser la longitud del cableado, lo que resulta en una instalación más compleja. Además, para evitar que los cables puedan ser cortados, estos deben permanecer ocultos. Una de las principales ventajas de estos sistemas es la imposibilidad de interrumpir su señal con inhibidores, que sí afectan a las alarmas inalámbricas.
Adicionalmente, los propietarios no deben subestimar otros aspectos de la seguridad doméstica, pues las alarmas verán disminuida su eficacia si los inquilinos cometen ciertas imprudencias. Si quieres ampliar esta información, te recomendamos revisar estos consejos para poner alarma en casa.
En vista de lo anterior, la variada oferta de alarmas disponibles garantiza que cada vivienda, negocio o empresa pueda disponer de un sistema de seguridad a medida, plenamente adaptado a sus necesidades específicas.