Junto con el té y el vino, el café es la bebida más universal, un producto centenario obtenido a partir de los granos del arbusto cafeto que se originó, presumiblemente, en la provincia etíope de Kaffa y que fue importado por primera vez a Europa a mediados del siglo XVIII.
Son muchos los tipos de cafeteras que se han popularizado en España porque —justo es recordarlo— somos un país cafetero por excelencia. De hecho, el 87% de la población en edades comprendidas entre los 18 y los 64 años consume esta bebida, según un estudio de Cafés Novell.
Parte de su éxito reside en que hay muchas formas de tomarlo. ¿Cuántos tipos de cafeteras existen? Principalmente, cinco son las clases disponibles: las cafeteras de cápsulas, las italianas de convección, las de expresso, las Chemex, las de émbolo y las superautomáticas, que explicaremos en las siguientes líneas.
¿Cuáles son los principales tipos de cafeteras del mercado?
Cafeteras de cápsulas
Una de las clases de cafeteras más populares de los últimos años han sido las de cápsulas o monodosis. Con un funcionamiento similar a los modelos de expresso, esta cafetera se caracteriza por el empleo de cápsulas dosificadas con unos 6-8 gramos de café molido. Cuenta con una usabilidad sencilla, pues basta con introducir la cápsula en el compartimento asignado y esperar, ¡sin mayores complicaciones!
En la mayoría de los casos, este electrodoméstico y las cápsulas compatibles ha sido desarrollados por el mismo fabricante (es el caso de las cafeteras Nespresso, por ejemplo). Y si el catálogo de sabores disponibles es insuficiente para algunos consumidores, las cafeteras multicápsulas permite disfrutan de las monodosis de diversas marcas.
Cafetera Italiana
Conocida a su vez como Moka por la ciudad yemení del mismo nombre, la cafetera italiana fue creada por el piamontés Alfonso Bialetti en 1933. Se compone de tres secciones o partes: (1) un recipiente donde se deposita el agua, (2) una especie de filtro para el café que se posiciona sobre el primero, y (3) el cuerpo superior con el asa y el depósito donde se almacena el café una vez ha sido elaborado.
Una de las ventajas de las cafeteras italianas es su versatilidad. Son compatibles con cualquier marca cafetera, molida o en grano (en este caso, deberá ser triturado con un molinillo). Con toda seguridad, las italianas son el tipo de cafetera del mundo más extendida y valorada.
Cafeteras de expresso
Las cafeteras expresso fueron presentadas en sociedad durante la Feria Mundial de 1906 de Milán. Tras décadas de ‘monopolio’ en bares y cafeteras, surgieron los primeros modelos para el gran público. Estas cafeteras son eléctricas y utilizan presiones de 12 bares aprox. para infusionar el café molido, obteniendo resultados de una intensidad y cremosidad inalcanzables para otras clases de cafeteras disponibles en el mercado.
A diferencia de las cafeteras de cápsulas, las expresso obligan a lidiar con múltiples accesorios que complican la tarea de prepararse una taza de café. Y es que no es el modelo predilecto de los amantes de la vida sencilla, pero sí de los cafeteros más exigentes.
Cafetera de émbolo
Aunque los italianos han abanderado la innovación en el mundo del café, los franceses no quisieron ser menos cuando a principios del siglo XX ingeniaron la cafetera de émbolo o de pistón. Su diseño se compone de un recipiente provisto de un émbolo con un filtro en su interior. En términos de sabor, calidad y precio económico, las cafeteras francesas cumplen con nota las expectativas de cualquier aficionado a esta bebida; sin embargo, la preparación de cafés es más simple en otros modelos. (A modo de curiosidad, subrayaremos que la patente de esta cafetera está en posesión del italiano Attilio Calimani, inventor legítimo de la cafetera… francesa).
Cafeteras superautomáticas
Más conocidas como cafeteras bean to cup en el mundo anglosajón, las cafeteras superautomáticas abarcan todas las etapas de la elaboración de una taza de café: desde la molienda de los granos hasta infusión, sin que el usuario se involucre en ninguna de estas tareas (de ahí la denominación de ‘superautomáticas’). Salvando la desventaja de su preparación relativamente larga y molesta, comparadas con las cafeteras de cápsulas, el café resultante ofrece la intensidad y gama de sabores deseados por cualquier ‘adicto’ a la cafeína.
Cafetera Chemex
Esta cafetera de peculiar nombre debe su existencia al inventor germano Peter Schlumbohm, que a mediados del siglo XX concibió esta suerte de matraz de cristal con forma cónica y una arandela de madera u otro material para acomodar el filtro de papel. Su funcionamiento es ridículamente simple: se calienta el agua en una tetera u otro recipiente aparte y se vierte poco a poco por la parte superior de la cafetera, de manera que filtre el café con un goteo constante y regular hasta clarearse.
Queda claro, a la vista de esta selección —y pese a que no contiene todas las cafeteras existentes—, que los entusiastas de esta bebida cuenta con infinidad de opciones para prepararla y disfrutarla al gusto.
