La biomasa sólida continúa siendo uno de los principales combustible en la calefacción de millones de hogares españoles. De hecho, se producen alrededor de 1,22 millones de toneladas de leña en nuestro país, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
A pesar de sus inconvenientes, chimeneas y estufas de leña proporcionan un calor eficiente a precios accesibles para la mayoría de consumidores. No obstante, sorprende el desconocimiento generalizado acerca de utensilios para chimeneas, tales como fuelles, atizadores, palas, escobillas o tenazas.
Los accesorios para chimeneas de leña se dividen en dos grupos: (1) los destinados a gestionar el fuego, que interaccionan con el mismo para avivarlo o sofocarlo a fin de garantizar el calor necesario, sin derroches energéticos, y (2) los que cumplen funciones decorativas, pensados para realzar la estética de la chimenea y elevar su valor ornamental.
Así los principales utensilios para chimeneas de leña
Una de las herramientas para chimeneas más utilizadas es el atizador. Se define como una pieza alargada de metal forjado, con un mango de madera o similar y un extremo puntiagudo o ganchudo, que adopta múltiples formas en función de su utilidad. Su peso es notable, para facilitar el movimiento de leños, troncos y brasas en el hogar.
Por otra parte, las tenazas es otro de esos útiles para chimeneas que rara vez faltan. Su finalidad es pinzar brasas y leños que no pueden ser colocados adecuadamente con el atizador. Las hay de dos clases: (1) las pinzas inglesas, que incorporan una bisagra y ofrecen un diseño sofisticado y una estabilidad y peso correctos, y (2) las pinzas francesas, de fabricación más robusta y carente de bisagras, pues sus ‘brazos’ se unen en el extremo posterior que hace las veces de mango, lo que facilita el manejo de brasas y ramas pequeñas pero complica la gestión de troncos y ramas grandes.
Tradicionalmente, los fuelles han sido un aliado inseparable de chimeneas y estufas de leña. Se compone de una cámara de aire con dos palas laterales de madera u otro material que, unidas a una boquilla, sirven para avivar las brasas del hogar cuando estas se apagan o disminuyen su intensidad. Asimismo, permiten acelerar la combustión en momento en que interesa prender leños recién introducidos. Sabiamente utilizado, el fuelle permite ahorrar en calefacción, y junto con las aberturas de ventilación de la caldera, facilitan su gestión.
Además de estos accesorios para chimeneas, es frecuente el uso de palas de diversas medidas para eliminar la ceniza de la cámara de combustión. Esta se acumula con el paso del tiempo, restando espacio a la leña y al oxígeno necesario para la combustión. Al igual que otros enseres, las palas suelen disponer de adornos en el mango, pensados para embellecerlo mientras está en desuso.
Más que para recoger las cenizas, la escobilla está diseñada para barrer el rescoldo y los fragmentos de carbón que ensucian la parrilla y sus contornos. Es similar a una escoba convencional, pero de menor envergadura y provista de un mango más elaborado, frecuentemente con adornos y motivos ornamentales.
Para dar acomodo y tener siempre a mano estos utensilios para chimeneas, existen infinidad de soportes, canastas y contenedores. Estos permiten almacenar las herramientas en posición vertical, ya sea en contacto con el suelo o suspendido sobre él. Entre sus principales funciones, destacan la de preservar la integridad de los productos —que suelen decorarse mangos y otros elementos ornamentales vulnerables a los golpes—, posibilitar su acceso inmediato y cómodo y prevenir roturas en tarimas de manera, suelos marmóreos y otras superficies.
Aunque no puede catalogarse como una herramienta en sí, las parrillas protectoras contribuyen a la seguridad del hogar, estableciendo una barrera física entre la cámara de combustión y el resto del inmueble. En muchos casos, los incendios domésticos no se inician con una brasa que sale despedida en dirección a materiales inflamables, sino a causa del desprendimiento inesperado de un tronco que rueda fuera del hogar. ¿Una solución simple y eficaz? Implementar parrillas al pie de la chimenea.
Por último, la acumulación de cenizas en la cámara de combustión hace indispensable su desalojo en cubos y recipientes mediante una pala pequeña. Estos se fabrican en hierro fundido y están compuestos, por lo general, de una tapa del mismo material para sofocar las brasas aún candentes y prevenir accidentes domésticos. Su base también está reforzada para evitar deterioros en pavimentos interiores y exteriores. Por esta razón, los cubos de latón al uso no son recomendable.
En síntesis, estos utensilios facilitarán la gestión de la chimenea, mejorarán el aprovechamiento del calor y aumentarán el bienestar general en la vivienda, reduciendo males como el exceso de ceniza. Cualquiera de ellos es una compra necesaria y recomendable.